Autocracia disimulada detrás de las intervenciones de Zoológicos

Los intereses del hombre se superponen al curso natural de las cosas. Sus acciones se particularizan en distintos sectores, convirtiendo la transformación de algunas cosas en una tarea idealista –casi utópica– y de otras en tarea práctica –realista para decirlo de otra forma–. Así se maneja la humanidad... y así crea pautas, controles y reglas para particularidades de la naturaleza, encontrándose en una situación conflictiva que no intenta calmar, sino dominar como por instinto.

Los zoológicos son espacios para recreación donde se controlan los animales (considerados como parte de la naturaleza como fauna). Los zoológicos se conciben como exhibidores de animales, bajo niveles de discreción que muestren cierto cuidado e interés por lo natural. Materiales orgánicos, naturales, poco consumo de energía, entre otros.

Sin embargo, esto es simplemente una pantalla que nos creamos, una pantalla sicológica. El hombre, al querer dominar los animales en un ambiente creado, está deformando la realidad con su visión particular, está insertándose pero no como animal de instintos (como podría imaginarse la convivencia de tribus primitivas con los animales) sino como agente modificador y como tirano ante la modificación natural.

Considerando esto, ¿por qué no puede concebirse una intervención de zoológico que refleje dicha inserción, la presencia de un agente discordante? Creo que, sin olvidar el aspecto recreativo-educativo de un zoológico, indicaría una mejor comprensión de las acciones del hombre sobre la naturaleza. Un enfoque de lo general a lo particular.

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