Praga Rush

Quince horas en un tren.
Borrachos y mendigos al salir de la estación.
Un castillo a lo lejos.

La “Bridge Band” sonando sobre el Puente Carolino me contenta.
Edificios art-nouveau poco colorados.
Sectores fríos que parecen una cárcel abierta.
Entiendo por qué Kafka era él mismo.


El gótico de Santa Bárbara (Kutna Hora) me sorprende con sus arbotantes.
El Castillo es amplio y la imaginación me transporta de nuevo a FK.

San Vito es grande. Otra vez un gótico, pero con mosaicos y gallos en la torre.
La “Dancing House” tiene unas patas de arácnido y me dejo envolver para una foto.
Las escaleras hacia el metro parecen el descenso a un círculo del infierno de Dante.
Torres y agujas por doquier.

Hora de irme dos días después.
Otro tren; 15 horas, cervezas para relajarme.
Sueño y Venecia.

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