Saona, la ínsula virgen

Gallinas ponedoras, huertos hidropónicos, mayor cobertura de telefonía pública, salas digitales, servicio de internet, cursos de artesanía, cursos de formación técnica, mejora de las vías entre poblados, reconstrucción del muelle, construcción de la plaza artesanal, reparación de paneles solares…
Es una sorpresa imaginar que todo esto haya ido llegando a esta tierra de gente humilde en seis meses. Pienso en la política y su función social real; en si bajo ese arcoiris hay verdadera solución o si las próximas elecciones son el motor de esto. Allí, en Saona, apenas hay 300 votos. No puede ser por campaña. He visto líderes locales de oposición aplaudir por las gallinas ponedoras.

El turismo es su refugio económico dicen los oradores. Yo también lo creo. Artesanía basada en coco y caracoles, transporte de turistas, comida hecha en sitio, turismo interno en la isla, grupos teatrales temáticos. En esta comunidad rural lo sencillo es lo suyo.
Tulio Mateo
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