Imaginarse bajo el Arno


Imaginarse sumergido en el Arno es fácil. Sólo basta cerrar los ojos y lanzarse desde puente para hacerlo realidad. Historias ruedan por la ciudad de cómo la tierra de Dante fue víctima de una naturaleza maquiavélica.

Desde lo alto de la colina, justo al lado de San Miniato, se puede ver la semilla católica sembrada en el valle.

Más ahí, justo donde se concentra la multitud se oculta un secreto tan grande como la cúpula de Brunelleschi: la Santa de las Flores no es tan perfecta; ha robado su puesto a la Recavata. Tampoco es para caer como Condorito, pero así la Firenze ha llevado adelante su nombre, de iglesia en iglesia, de verde y blanco, de escultura a pintura, por los siglos de los siglos.

Comentarios

Anónimo dijo…

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