El Turismo de Sofá, por la variedad y el contacto


El turismo de sofá es una variante del turismo. El concepto es sencillo: pedir hospitalidad en el sofá de una persona, en un determinado lugar del mundo por una cantidad de días.

Esta idea introduce el contacto obligatorio entre dos partícipes, huésped y anfitrión, quienes pueden intercambiar entre sí cultura y experiencias.

El turismo de sofá permite una verdadera inmersión contemporánea, a diferencia del concepto clásico de turismo de inmersión. Esto se magnifica según el interés puesto por el anfitrión, quien funciona parcialmente como válvula reguladora de la experiencia del huésped, mostrándole el lugar, ayudando con sugerencias, compartiendo el tiempo libre, entre otras.

Desde el punto de vista económico el turismo de sofá no es sólo una opción de bajo presupuesto. A pesar del ahorro en gasto por alojamiento, que no resulta ser tan grande por el límite de días del huésped, el consumo de bienes alimenticios es regular y los gastos del día pueden variar según el huésped. Una diferencia clara es que el gasto no se realiza siempre bajo el libre albedrío, sino que –dada la ayuda del anfitrión y el gusto del huésped– se hace en sitios que no son los típicos comercios turísticos. Esto crea una distribución económica distinta, y que tiende a ser como el propio consumo de los habitantes locales.

En fin, a pesar de los criterios económicos y culturales, el turismo de sofá abre la posibilidad de adentrarse en una cultura/lugar a través de la casa de un local. Una opción sencilla y estimulante para el viajero de espíritu espontáneo.

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