Agricultura urbana para las Ciudades Pi
Un huerto es un espacio pequeño en el que se plantan verduras, legumbres y a veces árboles frutales. Tener pequeños huertos y jardines en la ciudad no es algo nuevo. En los años 50, la intensificación de la migración del campo a la ciudad de Santo Domingo hizo que miles de personas anhelaran recoger ocasionalmente los frutos igual que lo hacían en su pasado rural. Desde hace 2 décadas la presión inmobiliaria, sin embargo, ha hecho que esos espacios verdes urbanos desaparezcan para dar paso a nuevas edificaciones. A pesar de eso, mucha gente consciente del medio ambiente está reiniciando la instalación de huertos en espacios mínimos. ¿Es esto un hack beta para la Ciudad 3.0+, la Ciudad π?
Roman Gaus, de Urban Farmers, puede sonar muy hípster, pero el impacto de la agricultura, y consecuentemente la basura que producimos, tal como él cita, es real. Solo tenemos que ver el tamaño de nuestras bolsas de basura. Pero más que una revisión negativa, su crítica constructiva nos indica cómo nuestra necesidad de alimentos debe acercarse más a la ciudad, en particular su producción, reduciendo así gastos de combustible, empaque y desechos finales, como parte de una mejora en la eficiencia de la urbanización.
Entonces nos habla de aquaponics, un sistema que permite cultivar tanto plantas como peces, utilizando un sistema que se retroalimenta parcialmente a sí mismo. El principio es igual a las plantas de tratamiento de aguas negras con plantas y peces, solo que a escala familiar y con riesgo minimizado. Y aunque quizás esté muy avanzado para nuestro Santo Domingo, no pesa estar informado, valorar cómo hacer más eficiente nuestro consumo y, quizás un día, empezar nuestra propia producción!
Entonces nos habla de aquaponics, un sistema que permite cultivar tanto plantas como peces, utilizando un sistema que se retroalimenta parcialmente a sí mismo. El principio es igual a las plantas de tratamiento de aguas negras con plantas y peces, solo que a escala familiar y con riesgo minimizado. Y aunque quizás esté muy avanzado para nuestro Santo Domingo, no pesa estar informado, valorar cómo hacer más eficiente nuestro consumo y, quizás un día, empezar nuestra propia producción!
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