Separación del embrujo

Desde que escuché “Toy Jarto” me llamó la atención.

Este movimiento organizado por jóvenes pone en acción el sentimiento de lucha por la rectificación política del país. Por más utópico que parezca, la intención es más que significativa porque demuestra un interés colectivo, canalizable y digno de unirse. Esa inteligencia juvenil que me hace recordar las historias de los 70s en la UASD.

Recientemente salió su “Acta de Separación de la Corrupción”, un manifiesto del pueblo dominicano. Después de leerla y tomar notas, saco la síntesis de sus objetivos:

  1. Repudio general a los actos corruptos del gobierno.
  2. Separación real de las instituciones autónomas del gobierno central.
  3. Regulación y control de la asignación de empleados públicos en distintos niveles, sus sueldos y declaraciones públicas de bienes.
  4. Soporte a largo plazo para la independencia económica de las provincias.
  5. Favorecer la igualdad de oportunidades para las distintas fuerzas políticas.

A simple vista parecen apuntar disparejo, pero no es así. Las tres primeras son iniciativas de eficiencia institucional, buscando reducir el juego de influencia –algo que vivimos como pan de cada día.

Los dos últimos puntos me parecen algo vagos, pero más por el tiempo que implica lograr esa independencia provincial y por entender qué significa dar igual oportunidades a las distintas fuerzas políticas.


Qué más pienso, qué me gusta?

En este momento, ahora, hoy, el punto que más me gusta e interesa es el de la independencia provincial. Suena a progreso, suena a que cada una puede levantarse del letargo maldito y generar su propia cultura. Suena a que las estructuras se mejoran a un nivel que la profesionalidad puede ser distribuida equitativamente, o al menos de forma balanceada, y según los requerimientos funcionales de cada una.

Pero ya empiezo a soñar con una República llena de ciudades creativas… Pausa: Mejor me detengo y salto desde las nubes a la tierra otra vez.

Ese desarrollo provincial es asunto importante. Es asunto que se revela en el famoso reporte de desarrollo humano 2008 del PNUD. Es empoderamiento. Pero es también generar migración regresiva de capacidades desde los grandes centros o capacitar la existente.

Suena fantasía pero es así. Planes de incentivos como provisión de facilidades serían opciones; pero tengo una gran duda cierta de que se haga realidad el dar incentivos regionales o sub-regionales por esos motivos. Algo a lo que nuestros actuales políticos no están acostumbrados.

En fin, me quedo guardando esperanza en el cambio generacional, que es lo que representa para mí el “tar jarto”.

Info y logo: Toy Jarto

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