Un elefante en CPH

No sabía que La Sirenita tenía pasaporte danés. Tiene su casa en CPH. Vive con su familia. Oye Gothic rock de domingo a miércoles, y de jueves a sábado reggae-dance-hall. Sus padres vieron cómo se legalizó la pornografía en 1969 mientras estaban en la escuela superior. Ocasionalmente se puede escuchar en su i-stereo un acid jazz.

Ecléctica ciudad, CPH.

Espléndidos edificios contemporáneos en un entorno de historia joven, de puerto y cuidado por el ambiente. Con Llorca en mente vi los edificios de cerca. Recordé a Armando Almánzar y su elefante. A Armando le gusta el jazz, lo supe por su último libro de cuentos policiescos. Los edificios parecen esbozados bajo esas líneas imaginarias que se deforman en el aire para generar sonido. Sobre esas líneas se deslizó el elefante de Armando, y lo imaginé subiendo y bajando escaleras, destruyendo gustoso interiores no vistos en mi país. Todo un freaky-style jam session, con la voz invitada de Shara Viñas.
El elefante destruyó todo hasta que no quedó resto ni de los edificios ni de sí. Yo les tomé las fotos antes del hecho. Al día siguiente sale el avión.

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