Para crecer en arquitectura
| En una escuela del Distrito de Kirehe en Rwanda los niños pensaban que era de la India o de China. Llegué donde ellos por hablar un poquito de francés (2009). |
Hace 10 años que terminé mis estudios de arquitectura. Después de eso ha llovido mucho y ha hecho bastante calor. Poco a poco algunos sueños e intereses que tenía en la academia se fueron materializando, llevándome a conocer personajes y destinos improbables, superando las dificultades que un pasaporte dominicano puede dar, y sirviendo la sociedad de una forma “alternativa”. Hoy reflexiono sobre tres cosas que me ayudaron en el crecimiento profesional:
| En los campamentos saharauis aprendí bastante de la construcción en tierra, y también a comunicar y construir sin hablar árabe (2011). |
Los idiomas son una llave para conocer mejor otras culturas, e igualmente para conseguir trabajo. Quien quiere una posición en un ambiente internacional, debe hablar otras lenguas. Punto. Pero más importante, es divertido y ¡es lo mejor para el networking!
Al dominicano le gusta estar en el medio y generalmente no tenemos dificultades para socializar. Entonces hablar otros idiomas es clave para ampliar nuestro círculo de conexiones, y favorecer las condiciones para el éxito. Mientras más amigos y conocidos, más acceso y recomendaciones. Mientras más idiomas, más diferencia con la competencia proveniente de países más desarrollados, ¡y quizás de otros profesionales con más años de experiencia!
También debo decir que poder escribir y explicar conceptos y discutir prácticas constructivas en otros idiomas es un salto profesional increíble, ¿no lo creen?
| Recorrer en bici el clausurado aeropuerto Tempelhof (2011), me hizo anhelar proyectos similares en Santo Domingo. |
¿Cuántas obras se ven y estudian mientras se está en la escuela de arquitectura? ¡Pueden ser cientos, sino miles! A pesar de eso, entender el comportamiento humano y los aspectos técnicos en las obras de arquitectura, de ingeniería y de los asentamientos humanos requiere vivirlos, requiere tiempo y atención.
Al viajar y observar las construcciones del ser humano, salimos de nuestro sitio, de nuestra zona de confort, y aprendemos por nuestro propio análisis y también de las explicaciones de otros. Nos ilustramos y nos respondemos muchos porqués. Y no solo hablo de temas como el aislamiento térmico o las posibles soluciones sanitarias, me refiero también a la formación, la restructuración o el refuerzo de nuestros propios valores profesionales, éticos y de expectativas de vida.
Además, todos los diseños y soluciones técnicas que visitamos y de los que aprendemos se agregan inherentemente a nuestra biblioteca de respuestas, y la experiencia espacial suma al acervo cultural que todo arquitecto debe tener.
| Mausoleo con una columna dórica truncada en el Cementerio de Recoleta; habrá ganado un premio el arquitecto? (2014) |
Para sacarles el mejor provecho a los primeros años de práctica profesional es necesario tener una actitud positiva, casi ingenuamente enfocada en aprender y en el éxito, y no vivir en las fallas de otros. Porque nadie es perfecto, ¿verdad?
Aunque estoy consciente que no aplica a todos los casos, vamos a asumir que todos los jefes lo son por algún valor. Puede ser por buen técnico, puede ser por su buena organización y disciplina, puede ser por sus facilidades sociales y de animación u otras… de esos valores útiles, es necesario aprender algo, ya que nunca se sabe cuándo lo deberemos replicar.
| Tremenda paella de Las Terrenas. Algunas veces lo que se aprende es que no todo es trabajar, también hay que comer bien, si es posible ¡muy bien! (2007) |

Comentarios
Reconozco tu esfuerzo y espero que en tu destino encuentres no sólo el éxito sino la felicidad, tanto de los que te admiramos en la distancia como los que te reciben.
Saludos desde Dominicana y España. @xemide.